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Capítulo 13.

Yongsun y Jin llegaron pasada la media mañana, entraron por la puerta principal, el celo del omega acabó más rápido de lo normal después de toda la tensión que pasó ese día, su calor se acortó un poco. El enfermero le hizo saber que eso podría ser posible después de todo el estrés.

La alfa fue la primera en entrar esperando ser recibida por su hermano, se extrañó al no verlo en la puerta haciendo una mueca de disgusto bromeando con ella.

Percibió su olor, así que caminó hasta llegar a los sillones y quedó encantada con la vista que tenía frente a ella.

Jimin dormía plácidamente cerca del gran alfa, las feromonas de Jungkook bailaban en el ambiente, ella sabía que el olor de su hermano era tan acogedor que cuando eran pequeños ella misma se sentía aliviada de estar cerca de él.

Jungkook era la mezcla de los olores de sus padres, el aroma moderado de su padre y el olor de tierra mojada de su madre.

Jin venía parloteando en la entrada y la alfa le hizo señas para que bajara la voz, su omega se acercó de puntillas hasta llegar a su lado.

—Yongsun por la luna, mira a mi bebé... —chilla emocionado—. ¡Ay, quiero llorar! Mira cómo luce, es tan tierno y lindo —dijo limpiándose las lágrimas imaginarias—. Quiero una foto —pide sacando su celular y apuntado hacia el par de chicos que dormían tranquilamente en el sillón.

Jungkook parpadea lentamente borrando los rastros de sueño, abre bien los ojos y se sienta frotándose la cara. Y lo primero que vio fue la enorme sonrisa que Jin tenía a centímetros de su cara. Bufa e intentar alejarse.

—Buenos días, Jungkook, ¿qué tal dormiste? —inquiere a centímetros de su rostro.

—Hola, Jin, buenos días, Yongsun, ¿qué ustedes no venían llegando al medio día?

—Pero Jungkook, ¿qué hora piensas que es? —ella se burla.

—Las ocho de la mañana, no sé —responde con un enorme bostezo digiriendo la vista al cuerpo acurrucado de Jimin.

—Jungkook pronto será hora de almorzar —informa.

—¿Qué? —pregunta, sorprendido, se movió un poco fuerte provocando que Jimin se removiera en su lugar.

—No grites tonto —regaña Jin—. Lo despertarás, es extraño que mi Jimin duerma tanto tiempo.

Jimin suspiró audiblemente alborotando sus rizos y pestañas, Jungkook las adoraba, parecía que soplaban suaves brisas cuando las batía de esa forma.

Se sentó un poco aturdido por donde se encontraba, Jin le sonrió en grande y Yongsun se ubicó junto a él.

—Hola, cielo, ¿cómo estás? —el omega se apresura a abrazarlo.

—¡Jin, Yongsun, están aquí! —dijo emocionado. Su amigo omega lo abrazó fuerte empezando a llorar sobre su hombro, Jin no lo soportó más, ahora que el celo pasó la culpa vino y con ello el mal sentimiento de culpa.

—Jimin perdóname por favor, lo siento tanto —Jin suplica empezando a llorar.

—¿De qué hablas Jinnie? —Jimin observa a Yongsun en busca de una respuesta.

—Ese día no impedí que te llevaran y ellos te golpearon —hipó con el rostro rojo.

—Tranquilo amigo, todo está bien, estamos aquí; perdóname tú también por no impedir que ellos te golpearan.

—Ya olvídalo, eso no fue nada con todo lo que tú sufriste, perdóname por favor —rogaba sollozando.

—No Jin, yo sería capaz de todo por ti, y no minimices tus malas experiencias, no debes compararlas. Lo que vivimos fue algo malo, recuerda lo que me dices siempre.

—Solo dime que me perdonas por favor —pide sorbiendo su nariz.

—Si eso te hace bien, te perdono —le tranquiliza.

Los dos alfas se pusieron de pie para ir a la cocina y hacer algo para almorzar.

Jungkook le contó a su hermana todo lo que había pasado esos días, estaba muy emocionado por cómo Jimin iba demostrando más confianza con él.

—Pero lo más importante Yongsun, es que Jimin rió, literalmente fue el sonido de su risa, tendrías que haberlo escuchado. Yongsun fue tan, pero tan... no lo sé, me hizo tan feliz verlo así, también jugó con Yoongi en una guerra de agua y además me habló de su pasado, ¿puedes creerlo? —comentaba emocionado.

—Por todos los astros, eso es maravilloso —Yongsun se emocionó con lágrimas en los ojos—. No sabes lo especial que es para nosotros, y ni me preguntes cómo formamos lazos tan afectivos con él, porque ni Jin ni yo lo sabemos, es imposible no quererlo —Jungkook se acercó a su hermana y la abrazó, comprendía de lo que ella hablaba, pues él se sentía igual.

Luego del emotivo momento se dispusieron a cocinar algo. Mientras ellos preparaban el almuerzo, en la sala Jin se acurrucaba abrazado a Jimin, era el momento de que él consolara a su amigo.

Cabe decir que el castaño no hizo mención sobre una manta que los cubría con el olor impregnado de Jungkook.

—Gracias por cuidar mis plantas Jimin, vi que regaron las de afuera.

—Yoongi vino ayer y nos ayudó, fue lindo pasar la tarde con ambos —Jin lo sintió extraño.

—¿Qué pasa Jimin, sucedió algo ayer?

—Nada malo, en realidad fue bueno, creo, pero...

—¿Pero qué? —pregunta preocupado.

—¿Es extraño sabes? Que ayer la pasé bien, pero no siento que sea correcto así.

—¿Qué rayos dices Jimin? Tú mereces ser feliz, pasar un rato agradable no es malo, corazón —Jin se incorpora.

—Aún estoy trabajando en eso, estar aquí ya es mucho, Dongwoo siempre decía que hay un precio que pagar por todo y lo que se me escapó de las manos no fue poco.

—Querido, deja de decir eso, tú no hiciste nada, la vida ha sido una mierda contigo, sin embargo, recuerda ese estúpido; aún así, muy certero dicho dice que luego de la tormenta viene la calma —le vuelve a abrazar.

—Pues la lluvia ha tardado años en irse.

—Algún día pasará amor, bien sabes no de la noche a la mañana tendrás tu total recuperación, aún falta mucho y cuando todo pase tú y yo bailaremos sobre tu arcoíris.

—Mira qué clase de amigo soy, se supone que yo debo de consolarte a ti, no tú a mí —Jimin niega sintiéndose mal.

—Calla que así me consuelas, no hay mejor cosa que saber que sacas todo lo que hay aquí —dice señalando su cabeza.

—¿Y si todo esto es una broma y si un día ustedes desaparecen? Todos los días vivo con la agonía de saber de Hoseok, tengo miedo, eso es todo. No quiero que nada les pase por mi culpa, están en peligro porque estoy aquí.

—Yo no pienso desaparecer, a ver dame tu mano —pidió comprensivo sabiendo de los bajones emocionales que se pasan después de sentirse bien.

—Para que la qui... auch Jin, ¿por qué hiciste eso? —inquiere con el ceño fruncido sobando la parte que su amigo había pellizcado.

—Perdóname, pero debía demostrarte que estás aquí junto a mí —se burló—. Ya en serio, ricitos, aquí estaré siempre.

—Gracias, Jin.

—Por nada Jimin —lo abraza riendo—. Bien, ahora cuéntame cómo te ha tratado mi querido cuñadito.

La piel de Jimin se tornó roja y volteó la cara en otra dirección.

—¿Así de bien no?

—Oh, calla Jin, me avergüenzas, no-no es lo que tú crees.

—¿No?

—No, no es así, le comenté todo esto a él también y fue muy bueno conmigo, es solo que hay algo que ni yo sé cómo explicarte, ahh mejor olvídalo.

—Vamos ricitos... —le molesta con un tono agudo pinchando un poco su costado para hacerle unas cuantas cosquillas, al ver que su amigo no diría más no insistió en el tema—. Cuéntame, ¿cómo vas con tu diario de historias?

—Bien... Bueno, es decir, ha servido de mucho, es más sencillo ahora.

—Me alegra escuchar eso.

—Le conté a Jungkook sobre mamá, él es muy lindo Jin... es decir, todos ustedes son tan lindos —se apresuró a decir para que su amigo no se diera cuenta de lo que podría sentir.

Jin iba a responder, pero los hermanos salían de la cocina con platos llenos de comida, Yongsun los dejó sobre la mesa y regresó por Jin cargándolo para que este enrollara sus piernas alrededor de su cintura.

Jungkook veía cómo Jimin observaba la escena frente a él, su mirada no reflejaba más que felicidad.

Se acercó a él preguntándole si necesitaba ayuda. Jimin un poco avergonzado movió la cabeza de un lado a otro, se levantó del sillón y juntos se dirigieron al comedor.

Jungkook era un alfa muy protector y batallar cada día con sus deseos era algo difícil, quería lo mejor para Jimin, en ocasiones olvidaba los límites que el mismo se impuso para no incomodarlo y se quedaba observando con detenimiento el rostro del ojiverde.

Porque bajo esa mirada se rompían los relojes y el tiempo quedaba en el olvido cuando el corazón y la razón están en sintonía.

El ambiente era tranquilo, Jungkook les informó sobre lo que Yoongi comentó acerca de los reportes de lo sucedido.

Habían pedido hablar amablemente y con mucha cordialidad con el alfa, quien específicamente trabajaba para Dongwoo, únicamente requerían un poco de información a cambio de conservar sus dientes.

El que había hablado antes era aliado de Nicola, comentó de lo que escuchó en las llamadas de los alfas jefes, el trabajador de Dongwoo se negó a responder.

Entonces organizaron "una tarde de té" junto a los alfas, ya que con el castaño de compañía quizá sí gustaría hablar, Jungkook prometió llevar algunos postres para que este maleante se sintiera totalmente confiado al hablar.

Pobre hombre no sabía lo que le esperaba en esa fiesta de té...

—Nicola hizo todo esto para vengarse de lo sucedido con Giorgiano, hace años que tuvimos un enfrentamiento y para él no terminó nada bien —Jungkook dice.

Jin escupió el jugo de naranja que bebía y empezó a reír como loco contagiando a los alfas —Espera, espera, ¿quién diablos llama a sus hijos con nombre de culo? NI-COLA Y GIORGI-ANO —se carcajeó hasta casi quedarse sin aire.

El omega reía en exageración por lo estúpido que sonaba y al parecer nadie se dio cuenta de eso.

—Omega que cosas dices, amor —Yongsun lo abrazó con cariño.

—Lo siento perdón, pero no podía evitarlo —habló más calmado.

Jungkook toma la palabra —Mañana Yongsun y yo tendremos una tarde de té con uno de los alfas que sobrevivió, hace un rato, Yoongi me envió un mensaje diciendo que ya despertó.

—Diablos, eso suena doloroso —Jin dice con cara de pena, ya sabía de qué trataban esas reuniones y se compadeció de aquel pobre hombre.

✧✦✧

Por la tarde Jungkook decidió salir un poco, necesitaba sacar el estrés que había acumulado, así que tomó sus instrumentos de pintura para ir a algún lugar calmo y pintar.

De camino a la salida se topó con Jimin que veía muy de cerca una de las plantas de Jin, la inspeccionaba con mucho detenimiento.

—Jimin, ¿qué haces? —se acerca interesado.

—Nada, solo observo este cactus, es curioso —baja la mirada, se siente intimidado.

—¿Qué hay de curioso en él? —Jungkook admira el rostro de Jimin.

—Nunca vi uno igual, sus hojas parecen completamente de agua, mira —muestra señalando la pequeña planta.

Jungkook se acercó un poco a ver de lo que hablaba, pero a decir verdad, él se distrajo al ver cómo este observaba la maceta ladeando un poco la cabeza de un lado a otro.

—Es hermoso, ¿no crees? —Jimin cuestiona asombrado por las hojas de cristal de la planta.

—Si lo es —Jungkook responde, pero con la mirada fija en el rostro acentuando las perfectas facciones de Jimin.

El ojiverde voltea y al encontrarse con la mirada de Jungkook se ruboriza, el alfa sonríe enternecido —Saldré unos momentos a pintar, últimamente he tenido mucho estrés, necesito sacarlo de mí o terminaré quedándome calvo.

—¿Pintas para manejar tu estrés?

—Así es, esto —señala sus implementos—, es mi mejor terapia.

—Eres diferente, pienso que otros irían a disparar al aire o romper cosas.

—Lo sé, cada uno tiene su forma de sacarlo de alguna manera. Si fuera por mi alfa andaría arrancando cabezas por todos lados a esos infelices, pero bueno, déjame explicarte.

—Bien, escucho —le observa con atención.

—Por ejemplo, Yoongi hace turnos voluntarios en la estación de bomberos y Yongsun se pone a tejer todas las noches, creo te ha estado preparando algo y Jin está más que claro que lo suyo es la locura por las plantas.

—No me percaté de eso, no sabía que Yongsun tejiera —comenta pensativo.

—Cuando te entregue el suéter que está haciendo, finge sorpresa, por favor o seré hombre muerto, hice que volviera a hacerlo —sonríe apenado—, ahora tendrá colores pastel, algo me dice que ese tipo de cosas lindas te gustan —Jungkook se dio un golpe mental, se supone que no diría absolutamente nada.

—Bien haré lo posible, lo juro —promete cómplice.

—¿Y tu método cuál es Jimin? —Jungkook se interesa.

—Pretender estarlo —susurra dejando escapar el aire de su sistema.

—Cariño... —el alfa se acercaba.

—Está bien, Jungkook, no te preocupes, Jin dice que pronto pasará, confío en eso —y de verdad una parte de Jimin deseaba que así fuera.

—Jin tiene razón, ya verás que sí, todo saldrá bien, si deseas puedes acompañarme no voy muy lejos.

—No gracias, prefiero no salir por el momento.

—Como tú desees. Por cierto, Sun me comentó que te les uniste a las clases de defensa junto a Jin.

—Sí —baja su mirada, algo apenado.

—Genial, eso es perfecto, si quieres yo... solamente si tú quieres, yo podría enseñarte —Jungkook pregunta con un toque de ilusión.

—Me encantaría —Jimin esboza una ligera sonrisa.

—Eso es todo, estaré encantado. La otra vez Jin hasta intentó aprender como usar un arma —ante la sorpresa del ojiverde, Jungkook rápidamente explica que todo fue con fines de defensa.

—Suena interesante, creo que también me gustaría, ¿estaría bien? —pregunta inseguro.

—Solo si tú gustas, hay unas licencias que se otorgan junto a un proceso hasta para tenerlas, estamos empleando un nuevo régimen, ya que no considero que sea correcto que cualquier loco las tenga en manos, ya ves todo lo que pasa y los incidentes que suceden cuando no se tiene el debido cuidado.

—Está bien, supongo que sí, estaré esperando deseoso hacerlo. Nunca está de más aprender algo nuevo.

—Espero algún día puedas acompañarme, ya lo lograrás —sonríe reconfortante. Sin más que decir, Jungkook tomó sus implementos para ir a relajarse un poco.

Y Jimin se lamentaba no poder acompañar al alfa, pero era su momento y él aún estaba trabajando con los miedos que volvieron después del incidente en la clínica.

—Bien, te veo al rato Jimin —el alfa le sonríe con cariño.

Jungkook se despide y Jimin se queda con el deseo de haber estado más tiempo junto al alfa, era muy fácil estar con Jungkook, podían no hablar, podía escuchar los chistes, sus anécdotas durante horas, los cantos bajos de canciones del ayer, o simplemente estar sin hacer nada, se sentía cómodo junto a él.

✧✦✧

—Asegúrate que el maldito omega haga bien su trabajo para la venta, ya me cansé de esa mierda —el alfa ordena furioso.

—Como usted ordene, señor Dongwoo.

—Ya tengo el dinero adelantado, agrégalo a la lista de venta sin que se dé cuenta, encárgate de que todo salga como se debe o tu cabeza estará de adorno en mi repisa, ¿entiendes?

—¿Usted no estará? —inquiere nervioso.

—Tengo algunos asuntos que resolver, pero estaré, la maldita de Solji aparecerá de una u otra forma, quiero ver su rostro cuando se entere de que el puto de su hijo estará fuera del continente —habla con burla.

—Muy bien.

—Esos malditos policías me están colmando la paciencia, procura que todo esté en orden.

✧✦✧

Jimin se sentía un tanto avergonzado. La razón era que Jungkook en algunas ocasiones llegaba con algunos detalles para obsequiarle.

Primero fue el cárdigan que amaba con su vida. Jimin siempre le gustó vestirse con colores alegres, pastel y llenos de vida, pero nunca pudo y cuando Dongwoo llegó todo lo que usaba era impuesto por el alfa. Jimin nunca pudo ser quien en realidad era. Únicamente colores neutros y sin ningún tipo de arreglo más allá de la higiene personal.

Pero ahora llega este lindo y especial alfa, con muchas cosas en diferentes días. Y era extraño y con una bonita sensación.

Entonces Jungkook le obsequió un lienzo con una linda pintura en colores pastel, Jimin la amó porque el alfa le dijo que se inspiró en él. También llevó cosas de comer y otros sudaderos. Jimin se negaba sintiendo que no era merecedor de la bondad y el cariño que el alfa sentía hacia él. Pero este le insistía en cada obsequio con el argumento que adoraba hacerlo.

Y hoy Jungkook llegó con una enorme bolsa con algunas cobijas y almohadas. Por la mañana, cuando se iba a despedir para ir a las oficinas, escuchó a Jimin decir que lo primero que compraría eran más cobijas al encontrar algún trabajo.

Jungkook, al salir del trabajo, fue directo a una tienda a buscar todo lo que Jimin pudiera necesitar. La vendedora le sonrió diciendo lo lindo que era ver a los alfas buscar nuevos implementos para los nidos de sus omegas. Jungkook no fue capaz de negar aquello y al terminar de obtener todo lo que deseaba, agradeció con una enorme sonrisa en su rostro.

Por la noche, después de que el alfa insistiera, fue a la habitación de Jimin para ayudarle a acomodar sus cobijas.

—¿Te gustó? —pregunta Jungkook con emoción.

Jimin esboza una pequeña sonrisa —Son muy lindos, me encantan Jungkook, pero no debiste molestarte, es decir...

El alfa niega —No, no hagas eso, lo hago porque quiero y deseo. Me da gusto que te agraden, ¿necesitas ayuda para ponerlas?

Jimin aguarda unos segundos y piensa en la propuesta, no puede negarse al ver esa mirada y el rostro iluminado de Jungkook.

—Está bien, gracias Kook —Jimin se detiene y voltea observándolo preocupado, ¿por qué le llamó así?—. Lo siento, lo siento, yo...

—No te disculpes, me agrada que las personas que aprecio me llamen de esa forma. No me molesta, me encanta —sonríe demostrando sus encantos.

Jimin ya no dice nada y Jungkook deja salir su aroma denotando su felicidad, ambos quitaron las cobijas antiguas y colocaron las nuevas. El alfa no mencionó nada que entre las bolsas venían adornos para darle un poco más de personalidad.

Al terminar ambos se vieron el rostro. Jimin desvía la mirada al sentir el rubor en sus mejillas —Me encanta, luce muy lindo. Es como la habitación que siempre soñé, se parece mucho a quien sé que soy —ambos están parados uno junto al otro.

—Me alegro, siento que esto va un poco más con tu personalidad.

—Gracias —Jimin suspira y se acerca al alfa dejándose llevar por su olor. Recuesta su cabeza en su hombro. Era un roce sutil, delicado y cuidadoso. Jungkook sonríe al notarlo bostezar. Espera a que Jimin rompa el contacto para que pueda descansar.

Unos instantes después, Jimin se reincorpora, el aroma de Jungkook es tan relajante —Lo siento, perdón, yo...

—No te preocupes, cariño, yo encantado —sonríe, sus feromonas rodean a Jimin, su alfa necesita marcarlo—. Vayamos a comer algo y luego iremos a dormir, ¿qué te parece?

—Bien —Jimin bosteza no queriendo separarse.

Jungkook recuesta su mejilla sobre la cabeza de Jimin, y acaricia su cabello. Ambos salen de la habitación estando tan cercanos como pueden, sus manos se rozan y se siente bien.

Jimin se encuentra un poco sonrojado, en su mente deseaba acurrucarse en el pecho de Jungkook, o pedirle que marcara cada una de las prendas de su cama y poder dormir toda la noche en paz cerca de su aroma.

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